Este Slogan de la derecha salvadoreña y de los militares fue la amenaza a muerte de sacerdotes, monjas y cristianos, antes y durante la guerra.
Desde la década de 1970, la dictadura militar y los “Escuadrones de la muerte” asesinaron a un Arzobispo, a 12 sacerdotes y 4 religiosas extranjeras. Todos ellos también son mártires por “odio a la fe” y los procesos de mártires se iniciaron con Monseñor Romero y ahora el Vaticano continúa con el padre Rutilio Grande. Los Sacerdotes asesinados dentro de la campaña “Haga Patria, mate un cura” son los siguientes:
El 24 de marzo de 1980, el arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, fue asesinado mientras celebraba misa en la capilla del Hospital "Divina Providencia".
12 de marzo de 1977:Hace 44 años el sacerdote jesuita Rutilio Grande, párroco de Aguilares, es asesinado en la carretera a El Paisnal junto con dos campesinos;
11 de mayo de 1977: El sacerdote Alfonso Navarro Oviedo, párroco de la Colonia Miramonte de San Salvador es asesinado en su iglesia parroquial, junto a un muchacho que colaboraba como sacristán.
El 28 de noviembre de 1978: El sacerdote Ernesto Barrera Motto, fue asesinado por Ejército en la Colonia Dolores de San Salvador.
El 20 de enero de 1979: El sacerdote Octavio Ortiz fue asesinado en el “Despertar” en San Antonio Abad, San Salvador, junto a 4 jóvenes, aspirantes al sacerdocio.
El 20 de junio de 1979: El sacerdote Rafael Palacios fue asesinado en Santa Tecla, por Unión Guerrera Blanca.
4 de agosto de 1979:
El sacerdote Alirio Napoleón Macías fue asesinado en la sacristía del templo parroquial de San Esteban Catarina.
El 2 de diciembre de 1980: Las religiosas norteamericanas Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel y Jean Donovan, son violadas y asesinadas por soldados de la Guardia Nacional tras salir del Aeropuerto Internacional de San Salvador.
Y el 16 de noviembre de 1989: Los sacerdotes jesuitas, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno junto con el jesuita salvadoreño Joaquín López y López y las domésticas, Elba y Celina Ramos, son masacrados por un escuadrón del Batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de El Salvador dentro de la UCA”.
En las celebraciones del 35 Aniversario del Asesinato de Monseñor Romero, también el pueblo se prepara para la Beatificación del Arzobispo el sábado 23 de mayo, en la Plaza “salvador del mundo”, (Ojalá que ARENA no diga que esta fecha hay fiesta en Venezuela).
A estas alturas, se conoce que el asesino de Monseñor Romero, fue el Guardia Nacional Marino Samayor Acosta que en esa época, era uno de los Guardaespaldas de Mario Molina, hijo del Coronel Arturo Armando Molina que fue presidente de la República entre 1972-1977.
De acuerdo a lo declarado por el Capitán Álvaro Saravia (Miembro del partido ARENA) al periódico virtual el “Faro”, el Guardia recibió un mil colones o sea $114 dólares para asesinar a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, a Jesucristo lo asesinaron por 30 monedas de oro que recibió Judas de los asesinos. De acuerdo a otras informaciones, el guardia nacional Marino Samayor Acosta trabajó como ex jefe de Seguridad del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública durante los gobiernos del partido ARENA.
El Capitán Álvaro Saravia dijo: “Dos o tres días después del asesinato de monseñor Romero, el grupo de D´Aubuisson sostiene una reunión en la casa de Eduardo Lemus O´byrne (Que estaba ubicada frente al canal 2 de Televisión), Saravia conoce de esta reunión, porque él mismo, saliendo de ahí, fue a pagarle (al Guardia Nacional Marino Samayor Acosta) al hombre que disparó contra monseñor Romero. Fue a pagarle por sus servicios” (Un mil colones en efectivo, que le entregó el Mayor Roberto d´Aubuisson)
“Yo no conocía al tirador. Ese día lo vi meterse al carro (estaba barbado). Y después le fui a entregar yo personalmente los mil colones, que los pidió prestados D´Aubuisson (al empresario) Eduardo Lemus O´byrne. En la casa de él estábamos nosotros cuando llegaron a decirle que… ¡A cobrar! … Dio los mil pesitos.
Yo mismo se lo fui a entregar ( Al Guardia Nacional Marino Samayor Acosta)al centro comercial, en el oeste de San Salvador, llamado Balam Quitzé, llegué donde él y le dije, mirá, dice Roberto d´Aubuisson que no quiere saber ni mierda de vos, que te arreglés con tu jefe”.
Qué dice la Comisión de la Verdad:
“El 24 de marzo de 1980 el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, fue asesinado cuando oficiaba la misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia.
La Comisión concluye lo siguiente:
1. El ex-Mayor Roberto D'Aubuisson dio la orden de asesinar al Arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de su entorno de seguridad, actuando como ‘escuadrón de la muerte’, de organizar y supervisar la ejecución del asesinato.
2.Los capitanes Álvaro Saravia y Eduardo Ávila tuvieron una participación activa en la planificación y conducta del asesinato, así como Fernando Sagrera y Mario Molina.(Hijo del ex presidente Coronel Armando Molina)
3.Amado Antonio Garay, motorista del ex-Capitán Saravia, fue asignado para transportar al tirador a la Capilla. El señor Garay fue testigo de excepción cuando, desde un Volkswagen rojo de cuatro puertas, el tirador disparó una sola bala calibre .22 de alta velocidad para matar al Arzobispo.
4.Walter Antonio 'Musa' Álvarez, junto con el ex-Capitán Saravia, tuvo que ver con la cancelación de los 'honorarios' del autor material del asesinato”.
Todos los sacerdotes y religiosas asesinados por los “Escuadrones de la Muerte” del Mayor Roberto D'Aubuisson -fundador del partido ARENA-, fueron por odio a la fe y se espera, la Beatificación de estos Santos, asesinados por la derecha miliar salvadoreña durante la guerra.
¿Por qué no se investiga a los asesinos de Monseñor Romero?
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