El 9, 10 y 11 de diciembre de 1981, el Batallón Atlácatl entrenado por los Estados Unidos y bajo el mando del Coronel Domingo Monterrosa, ídolo de los militares que masacraron a los civiles durante la guerra, llegaron al Caserío el Mozote y durante tres días capturaron a unos mil habitantes desarmados, entre ellos, niños, mujeres y ancianos, y procedieron a violar niñas y niños, asesinandolos junto a sus madres y” amontonaron” todos los cadáveres en todo el pueblo y la guerrilla de esa zona, descubrió la Masacre y gracias a las “luciérnagas” que alumbraba en la noche, según narra el Libro “Las Mil y una Aventura de Radio Venceremos”
Conocí al Coronel Domingo Monterrosa y lo entrevisté varias veces en la Tercera Brigada de San Miguel y en Ciudad Barrios cuando juramentó a soldados del Batallón Atlácatl en presencia del expresidente Duarte y del Coronel Vides Casanova.
Monterrosa era un militar guerrerista, que demostró que la población civil era su enemiga, que colaboraba con la guerrilla y el 11 de diciembre de 1981, al mando del batallón, Atlácatl entrenado por los Estados Unidos, asesinó a casi mil habitantes del Caserío El Mozote, en Morazán.
El Informe de la Comisión de la Verdad, con relación a este crimen, dice textualmente:
“Está plenamente probado que el día 11 de diciembre de 1981, unidades del Batallón Atlacatl dieron muerte en el Caserío El Mozote, de manera deliberada y sistemática, a un grupo de más de doscientos hombres, mujeres y niños que constituían la totalidad de la población civil que el día anterior habían encontrado en el lugar y que desde entonces tenían en su poder.
Los oficiales al mando del Batallón Atlácatl para el momento de la operación que la Comisión ha logrado identificar son los siguientes: Comandante del Batallón Teniente Coronel Domingo Monterrosa Barrios (fallecido); Ejecutivo: Mayor Natividad de Jesús Cáceres Cabrera (hoy coronel; Jefe de Operaciones: Mayor José Armando Melara (fallecido); Comandantes de Compañías: Juan Ernesto Méndez Rodríguez (hoy coronel), Roberto Alfonso Mendoza Portillo (fallecido); José Antonio Rodríguez Molina (hoy teniente coronel); Capitán Walter Oswaldo Salazar (hoy teniente coronel) y José Alfredo Jiménez (hoy prófugo de la justicia).
Esto suficientemente comprobado que en los días que precedieron y siguieron a la masacre de El Mozote, fuerzas militares que participaban en la Operación Rescate masacraron a la población civil no combatiente en el cantón La Joya, en los caseríos La Ranchería, Jocote Amarillo, Los Toriles y en el cantón Cerro Pando, Además del Batallón Atlácatl participaron en esta operación, unidades de la Tercera Brigada de Infantería, cuyo comandante era el Coronel Jaime Flores Grijalva (hoy retirado).
El alto mando de la Fuerza Armada, a pesar de haber tenido noticia de la masacre y de ser ésta fácilmente comprobable por la profusión de cadáveres insepultos, no hizo o no dio a conocer averiguación alguna y negó reiteradamente su existencia. Hay plena prueba de que el General José Guillermo García, en ese entonces Ministro de Defensa, no promovió investigaciones que permitieran esclarecer los hechos. Hay prueba suficiente de que el General Rafael Flores Lima, en ese entonces Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Armada, tuvo conocimiento de la ocurrencia de la masacre y tampoco promovió ninguna investigación.
El alto mando tampoco tomó medida alguna para evitar la repetición de hechos militares, de manera que las mismas unidades fueron utilizadas en otros operativos y aplicaron procedimientos similares. La masacre de El Mozote fue una violación seria del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de Derechos Humanos.
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, Dr. Mauricio Gutiérrez Castro, ha tenido una injerencia indebida y negativa, con criterios políticos parcializados, en el procedimiento judicial que se sigue en el caso”.
El Batallón Atlacatl masacró a campesinos adentro y afuera de sus viviendas, en una avanzada que tenía como propósito 'quitarle el agua al pez', en alusión a las comunidades cercanas a los territorios controlados por la guerrilla.
Dentro de la guerra que vivimos, todo se paga y el 23 de octubre de 1984, la guerrilla del FMLN engaña a Domingo Monterrosa, haciéndole creer que la Radio Venceremos había sido capturada por el BIRI Atlacátl; de inmediato, el Estado Mayor de la llamada “Operación Torola” se dirige a Joateca y el Coronel Monterrosa, en su helicóptero, recoge el “transmisor” de Radio Venceremos; pero este llevaba una carga explosiva que a los pocos minutos en el aire, y a control remoto, la guerrilla destruyó el helicóptero donde murió el Coronel Domingo Monterrosa, ocho jefes militares de la “Operación Torola”, tres camarógrafos de COPREFA; un capellán militar y un sacristán.
El 23 de octubre de 1984, antes del mediodía, cuando el comandante Monterrosa anunció a la prensa que había capturado a la radio insurgente Venceremos. Dijo “que con la radio terminaría también El mito de Morazán, el mito de todo un departamento insurgente. Rojo, clandestino”.
Más tarde, cuando la guerrilla hizo explotar su helicóptero con una bomba disfrazada de Radios Venceremos, fue la insurgencia la que anunció “que había dado fin a otro mito. El fin del único estratega militar hasta ese día invicto: El mito de Monterrosa”.
Así murió el Coronel Monterrosa, “el que a hierro mata, a hierro muere!”.
Monterrosa era un militar guerrerista, que demostró que la población civil era su enemiga, que colaboraba con la guerrilla y el 11 de diciembre de 1981, al mando del batallón, Atlácatl entrenado por los Estados Unidos, asesinó a casi mil habitantes del Caserío El Mozote, en Morazán.
El Informe de la Comisión de la Verdad, con relación a este crimen, dice textualmente:
“Está plenamente probado que el día 11 de diciembre de 1981, unidades del Batallón Atlacatl dieron muerte en el Caserío El Mozote, de manera deliberada y sistemática, a un grupo de más de doscientos hombres, mujeres y niños que constituían la totalidad de la población civil que el día anterior habían encontrado en el lugar y que desde entonces tenían en su poder.
Los oficiales al mando del Batallón Atlácatl para el momento de la operación que la Comisión ha logrado identificar son los siguientes: Comandante del Batallón Teniente Coronel Domingo Monterrosa Barrios (fallecido); Ejecutivo: Mayor Natividad de Jesús Cáceres Cabrera (hoy coronel; Jefe de Operaciones: Mayor José Armando Melara (fallecido); Comandantes de Compañías: Juan Ernesto Méndez Rodríguez (hoy coronel), Roberto Alfonso Mendoza Portillo (fallecido); José Antonio Rodríguez Molina (hoy teniente coronel); Capitán Walter Oswaldo Salazar (hoy teniente coronel) y José Alfredo Jiménez (hoy prófugo de la justicia).
Esto suficientemente comprobado que en los días que precedieron y siguieron a la masacre de El Mozote, fuerzas militares que participaban en la Operación Rescate masacraron a la población civil no combatiente en el cantón La Joya, en los caseríos La Ranchería, Jocote Amarillo, Los Toriles y en el cantón Cerro Pando, Además del Batallón Atlácatl participaron en esta operación, unidades de la Tercera Brigada de Infantería, cuyo comandante era el Coronel Jaime Flores Grijalva (hoy retirado).
El alto mando de la Fuerza Armada, a pesar de haber tenido noticia de la masacre y de ser ésta fácilmente comprobable por la profusión de cadáveres insepultos, no hizo o no dio a conocer averiguación alguna y negó reiteradamente su existencia. Hay plena prueba de que el General José Guillermo García, en ese entonces Ministro de Defensa, no promovió investigaciones que permitieran esclarecer los hechos. Hay prueba suficiente de que el General Rafael Flores Lima, en ese entonces Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Armada, tuvo conocimiento de la ocurrencia de la masacre y tampoco promovió ninguna investigación.
El alto mando tampoco tomó medida alguna para evitar la repetición de hechos militares, de manera que las mismas unidades fueron utilizadas en otros operativos y aplicaron procedimientos similares. La masacre de El Mozote fue una violación seria del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de Derechos Humanos.
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, Dr. Mauricio Gutiérrez Castro, ha tenido una injerencia indebida y negativa, con criterios políticos parcializados, en el procedimiento judicial que se sigue en el caso”.
El Batallón Atlacatl masacró a campesinos adentro y afuera de sus viviendas, en una avanzada que tenía como propósito 'quitarle el agua al pez', en alusión a las comunidades cercanas a los territorios controlados por la guerrilla.
Dentro de la guerra que vivimos, todo se paga y el 23 de octubre de 1984, la guerrilla del FMLN engaña a Domingo Monterrosa, haciéndole creer que la Radio Venceremos había sido capturada por el BIRI Atlacátl; de inmediato, el Estado Mayor de la llamada “Operación Torola” se dirige a Joateca y el Coronel Monterrosa, en su helicóptero, recoge el “transmisor” de Radio Venceremos; pero este llevaba una carga explosiva que a los pocos minutos en el aire, y a control remoto, la guerrilla destruyó el helicóptero donde murió el Coronel Domingo Monterrosa, ocho jefes militares de la “Operación Torola”, tres camarógrafos de COPREFA; un capellán militar y un sacristán.
El 23 de octubre de 1984, antes del mediodía, cuando el comandante Monterrosa anunció a la prensa que había capturado a la radio insurgente Venceremos. Dijo “que con la radio terminaría también El mito de Morazán, el mito de todo un departamento insurgente. Rojo, clandestino”.
Más tarde, cuando la guerrilla hizo explotar su helicóptero con una bomba disfrazada de Radios Venceremos, fue la insurgencia la que anunció “que había dado fin a otro mito. El fin del único estratega militar hasta ese día invicto: El mito de Monterrosa”.
Así murió el Coronel Monterrosa, “el que a hierro mata, a hierro muere!”.
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