Hace 86 años se
iniciaron los fraudes electorales en el país
Desde el año de 1932, el general Maximiliano Hernández
Martínez, inició la dictadura militar en El Salvador; los fraudes electorales y
los golpes militares. En 1932 la imposición de los militares llegó al extremo
de ordenar la masacre de nuestros indígenas en la zona de Izalco, Sonsonate, y
los otros pueblos de la zona occidental, asesinando a unos 30 mil campesinos.
Desde esa fecha, el pueblo se comenzó a organizar y la
imposición de los militares no permitía que se realizarán elecciones libres y
cuando la oposición adelantaba en preferencias electorales al partido oficial,
procedían con los fraudes electorales.
Así transcurría esta época dura que sufrió el pueblo
salvadoreño con la represión, desapariciones, y asesinatos de parte de los
gobiernos que siempre ganaron las elecciones con fraudes electorales.
En 1977, con la historia negra que tenía el país -hace 41
años-con los fraudes electorales, los resultados de las elecciones
presidenciales del 20 de febrero, dieron como triunfador al general Carlos Humberto Romero, que era candidato del
partido oficial Conciliación Nacional
PCN, y de inmediato, la oposición que
había participado como la Unión Nacional Opositora UNO, inició las
movilizaciones en protestas por el
fraude electoral quedó demostrado con las pruebas que presentó el Partido Demócrata
Cristiano, donde había comunicación entre el PCN, la Policía Nacional, la
Guardia y la Policía de Hacienda quienes transmitían las ordenes desde la feria
internacional, para que se iniciara la recolecta de los “tamales” frase que
utilizaba el PCN, para referirse a las papeletas depositadas en las urnas y que las cambiaban para que la UNO perdiera.
La UNO, Unión Nacional Opositora estaba integrada por el
partido Demócrata Cristiano PDC, el Movimiento Nacional Revolucionario MNR y la
Unión Democrática Nacionalista UDN. La UNO llevaba como candidatos al Coronel
Ernesto Claramount y según ellos, con el objetivo de evitar que la Fuerza
Armada atacara a este candidato militar
y creyeron que no le harían fraude electoral.
El candidato a vicepresidencia por la UNO, era el doctor
Antonio Morales Erlich, que estaban presentes en la Plaza Libertad el 28 de
febrero de 1977, y que junto al pueblo salvadoreño, esperaron la llegada de los
cuerpos militares, como la Policía Nacional, que rodeó el Parque Libertad por
el sector sur; la Policía de Hacienda fue colocada por la parte oriental del parque
Libertad, y el sector poniente fue
rodeado por la Guardia Nacional.
Eran las 8:00 de la noche, venía de la Colonia Santa Lucia
con la idea, de estar un momento en esa manifestación contra el fraude
electoral en el Parque Libertad y mi vehículo lo dejé parqueado por la “cuesta del palo verde” y
llegué caminando al Parque Libertad, que estaba “repleto” de un pueblo que condenada el fraude electoral, y todos
los “desmanes” que había realizado el partido de Conciliación Nacional. La
oposición también había colocado en cada esquina inmediata al parque Libertad, obstáculos
como árboles, piedras, y alambres para evitar que ingresaran los llamados
“cuerpos de seguridad” pero también, la UNO había colocado vigilantes que se
comunicaban constantemente, para avisar cualquier llegada de la PN, GN, y PH.
Entre los presentes se hablaba de estar preparados porque el ejército
había ordenado enviar “Tanquetas” a la zona del Parque Libertad y también la
guardia y la policía que podrían llegar a desalojar a los manifestantes.
Cuando eran las 9:30
de la noche, al recoger toda la información necesaria- en ese año
era director de prensa de YSKT, Radio Cadena Central-, decidí retirarme mientras escuchaba
al coronel Ernesto Claramount, hablando de las fortalezas que
debe tener el pueblo salvadoreño para no permitir, que el PCN y el General
Romero en un fraude electoral llegaran a
la presidencia de 1977 y el pueblo presente en la plaza Libertad, estaba llena completamente y
sobresalía la estatua de la imagen que representa la Independencia de El Salvador en 1821.Me retiré y llegué a
mi casa como las 10:30 de la noche, ya
que esta cercana a la Plaza Libertad y
eso de las 12:00 de la noche, se
escuchaban los parlantes fuertes de los
representantes de la UNO, y sorpresivamente se comienzan a escuchar explosiones
y gritos que decían, “el pueblo unido jamás será vencido, porque el color de la
sangre, jamás se olvida”.
En horas tempranas del día siguiente, salí con rumbo al
parque libertad, para saber que había pasado y este parque, estaba rodeado de
guardias y policías, tanquetas, incluyendo vehículos de cuerpo de bomberos y que
pude verificar, que estaban utilizando las mangueras para tratar de borrar con
agua, la sangre de varios miembros de la UNO, que habían sido asesinados en el tiroteo,
pero la Policía y la Guardia no dejaban pasar por el sector y reprimían al
pueblo . Me logré filtrar por un sector y platiqué con un miembro del PDC, que
me dijo “que en el momento de el ataque, de la Policía y de la Guardia, el Coronel
Claramount , y Antonio Morales Erlich candidatos de UNO, el pueblo los protegió
logrando que entraran a la Iglesia El Rosario, junto a una gran cantidad de miembros del PDC, MNR y UDN.
Horas antes de la “toma” violenta, miembros de la UNO, subieron
al campanario de la Iglesia El Rosario, y comenzaron a “tocar” las campanas de
una manera espectacular y todos los presentes en el parque Libertad, aplaudían
la osadía de los jóvenes que realizaban esa acción, que recordaba las
campanadas que dio Matías Delgado, al hacer un llamamiento al
levantamiento popular.
Posteriormente, los partidos políticos llamaron a la Cruz Roja,
para que protegiera la salida de los miembros de la UNO que estaban dentro de
la Iglesia El Rosario, pero el temor que la guardia -que estaba enfrente de la
Iglesia - dispara contra las personas que salían de la Iglesia, llegó el nuevo
Arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, y enfrentó a la Guardia
exigiéndoles que respetara la salida de los manifestantes.
1 Comentarios
Días oscuros previo a la confrontación mayor.
ResponderEliminarExcelente relato, gracias René Hurtado!