En 1983 me tocó cubrir la Asamblea Constituyente que se inició en ese año, con el objetivo de reformar y cambiar artículos de la Constitución nacional de los años 1950 y 1962.
Eran tiempos de guerra, el FMLN luchaba contra la dictadura
militar y la derecha y en ese momento estaban representados en la Asamblea los partidos:
ARENA, PCN, PAISA, Acción Democrática y el PDC, que al final de cuentas tenían que
defender con sus votos las ilegalidades que aprobaba la extrema derecha. La Asamblea
Legislativa de ese entonces, estaba integrada por 60 diputados y para que esta
asamblea se convirtiera en constituyente, solo bastó la mayoría de votos.
“La Constitución de la
República vigente, fue aprobada por una Asamblea Constituyente, el 15 de
diciembre de 1983 y entró en vigencia el 20 de diciembre del mismo año,
restituyó el orden institucional, tras el golpe de Estado de octubre de 1979.
El perfeccionar y consolidar nuestra democracia requiere que
todos los salvadoreños y las salvadoreñas conozcamos nuestra Constitución.
El siguiente decreto, que inicia con un preámbulo, le da vida
a nuestra Constitución:
DECRETO Nº 38.-Nosotros, representantes del pueblo
salvadoreño, reunidos en Asamblea Constituyente, puesta nuestra confianza en
Dios, nuestra voluntad en los altos destinos de la Patria y en ejercicio de la
potestad soberana que el pueblo de El Salvador nos ha conferido, animados del
ferviente deseo de establecer los fundamentos de la convivencia nacional, con
base en el respeto a la dignidad de la persona humana, en la construcción de
una sociedad más justa, esencia de la Democracia y al espíritu de libertad y
justicia, valores de nuestra herencia humanista; DECRETAMOS, SANCIONAMOS Y
PROCLAMAMOS, la siguiente Constitución de la República de El Salvador”.
Esta Asamblea Constituyente, integrada por la mayoría de la
extrema derecha, eligió como presidente al Mayor Roberto d'Aubuisson, fundador
de ARENA y de los “Escuadrones de la muerte”. Esta misma constituyente decidió,
que la misma se convirtiera en Asamblea Legislativa, designando como presidenta
a la Doctora María Julia Castillo.
Para la extrema derecha salvadoreña, esta Asamblea
Constituyente era legal, y no tenía problemas constitucionales, lamentable,
estos mismos señores critican “tontamente” a los venezolanos que han elegido
una Asamblea Constituyente de acuerdo a la Constitución de la Republica de 1999,
que fue la misma con la que se eligió al presidente y comandante Hugo Chávez, y
que extrema derecha de Venezuela ha intentado destruir al gobierno chavista,
que hasta la fecha ha realizado unas 19 elecciones desde 1999.
Para que los areneros, la ANEP, FUSADES,y analistas que se
presentan en Radio y Televisión, deben aprenderse la Constitución de Venezuela
de 1999 que permite la legalidad de esta constituyente.
Los artículos de la Constitución que permiten que el presidente
convoque a la constituyente son:
“Artículo 347. El pueblo de Venezuela es el depositario del
poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una
Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear
un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.
Artículo 348. La iniciativa de convocatoria a la Asamblea
Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la
República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de
las dos terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en
cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince
por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro
Civil y Electoral.
Artículo 349. El Presidente o Presidenta de la República no
podrá objetar la nueva Constitución. Los poderes constituidos no podrán en
forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente. Una
vez promulgada la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional
Constituyente”.
En este mundo de dictadores e ignorantes como Donald Trump de
Estados Unidos, y un grupo de presidentes “gusanos” han querido obligar al
gobierno y al pueblo venezolano, a que le entregue el poder a la extrema derecha que apoya Estados Unidos. Pero la Historia
está demostrando que el imperialista de
los Estados Unidos quiere regresar al servilismo que tenían los países de
América Latina con los militares
corruptos y dictadores que impuso los Estados Unidos.
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