En el año 1997, el gobierno de ARENA, obligó a los
trabajadores a trasladarse a las AFPs y
aquellos que eran mayores de 35 años, se
quedaran en el INPEP y en el ISSS. Al principio se fundaron 4 AFPs y ahora por el monopolio, sólo hay 2.
En ese año, la Asamblea no discutió esa Ley de las AFPs la aprobaron
en un mad rugón ARENA y el PCN y ahora
la ANEP, ARENA, FUSADES, quieren engañar nuevamente a los trabajadores, con una
propuestas de los empresarios sinvergüenzas
.
En mayo de 1981 entró en operación un inédito y
revolucionario sistema de pensiones en Chile. Los protagonistas de la época
aterrizan la reforma que se ha exportado a más de 20 países, incluyendo a El
Salvador.
Tras varios meses de tensas y friccionadas reuniones, el
martes 4 de noviembre de 1980 el entonces ministro del Trabajo, José Piñera,
convencía finalmente a los miembros de la Junta Militar -liderados por el
general Augusto Pinochet- de dar luz verde a un inédito y audaz sistema previsional
privado, que rompería con el antiguo y cuestionado modelo de reparto. Una
institucionalidad que ya había sido estudiada a mediados de los 70 en las
oficinas de Odeplan e insinuada años antes por unos jóvenes economistas de la
Universidad de Chicago en las páginas de "El Ladrillo", documento que
hace más de tres décadas sentó las bases para el desarrollo del modelo de
libremercado.
El 1 de mayo de 1981, el sistema de las Administradoras de Fondos
de Pensiones (AFP) luce como una de las reformas económicas clave de las
últimas décadas. No sólo cuenta con 8,8 millones de afiliados, ahorros por casi
US$ 150 mil millones y una rentabilidad real anual promedio del 9%, sino que
también es catalogado transversalmente como uno de los mayores
"inventos" de la dictadura militar chilena: Ha sido la inspiración de
sistemas previsionales de capitalización individual y administración privada en
más de 20 países en todo el mundo.
Pero fue sólo con la llegada de José Piñera al Ministerio del
Trabajo, a fines de 1978, que la reforma comienza a tomar cuerpo de la mano de
la comisión coordinada por Costabal y en la que participaban, entre otros, el
subsecretario del Trabajo, Alfonso Serrano.
Tras impulsar la reforma laboral, un empoderado José Piñera
se concentró en sacar adelante el nuevo modelo previsional hacia 1980, pero
tuvo que enfrentar los temores de la Junta Militar. "Nosotros sabíamos lo
que les preocupaba a los comandantes en jefe de la Junta de Gobierno de la
dictadura militar. Pedían que no fuera un monopolio de los grupos económicos.
Mientras a Fernando Matthei (Fuerza Aérea) le gustaba el proyecto, el almirante
(José Toribio) Merino (Marina) le tenía confianza a Piñera. El general César
Mendoza (Carabineros) iba con el consenso, pero en el Ejército eran más
críticos", relata Costabal. "En el gobierno había militares que veían
esto con mucha desconfianza y malos ojos... eran de la escuela más estatista. Y
el que inclinó la balanza fue el dictador chileno (Augusto) Pinochet, pero quedó con una gran
duda: no quería robos ni filtraciones ni escándalos", refuerza Juan
Ariztía Matte, superintendente de AFP entre 1981 y 1990.
Para Sergio Baeza Valdés, presidente de AFP Santa María en
1981, confiar la administración de los fondos a empresas privadas fue un acto
de audacia para la época. "Por lo mismo había preocupación. El Presidente
Pinochet advirtió expresamente a los primeros superintendentes de AFP que no
podía perderse ni un solo peso", sostiene.
Con todo, las dudas de Pinochet permanecieron durante varios
años y se profundizaron para la recesión de 1982-83, recuerda Ariztía
El 1 de mayo de 1981, 12 AFP comenzaron a operar en medio de
una agresiva campaña publicitaria que incluía una fuerte inversión en medios
escritos y en rostros de televisión como “Mario Kreutzberger, Don Francisco”. Las
campañas de publicidad fueron de alto presupuesto e impacto. AFP San Cristóbal
ofrecía la promesa, sin duda prematura, de una jubilación holgada, presentando
escenas de personas de edad madura gozando de vacaciones tropicales. Provida
acertó con “Don Francisco”. Santa María, usando color azul y letra gótica,
asoció su imagen a la solidez y fortaleza del Banco de Chile", recuerda
Baeza.
De esta forma, motivados por la promesa de mejores pensiones
y el efecto de una mejora en la renta líquida por el menor aporte pactado en el
nuevo sistema (cercana al 20% y que incluía seguro de salud), entre 50 mil a 70
mil chilenos se afiliaron a las AFP en una semana.
"Se produjo una avalancha de clientes que desbordaron
las sucursales, se multiplicaron las contrataciones de vendedores, reventaron
los sistemas y se produjeron más afiliaciones en el primer mes que las
contempladas para un año en el más optimista de los planes", describe
Baeza.
El regulador de la época recuerda que hubo que hacer varios
cambios con la marcha del sistema. "Hubo que bajar el encaje exigido a las
AFP a poco andar, que era de 5%. Era inviable, hubiesen quebrado todas las AFP
(…). También se cambió la estructura de las comisiones. Por ejemplo, había una
comisión que se cobraba sobre el fondo y era muy mala, porque el afiliado no la
sentía y se reemplazó por comisiones sobre la cotización", recuerda
Ariztía, quien añade que en un principio las inversiones de los fondos de
pensiones estaban restringidas a letras hipotecarias y depósitos a plazo en los
bancos de la plaza.
Tras la crisis del 82 se autorizó a las AFP a invertir en
acciones nacionales y a partir de 1990 se permitió poner los ahorros
previsionales en activos en el extranjero. Sin embargo, Costabal cree que el
mayor desafío es una mayor entrega de información. "El proyecto pendiente
es más pedagogía hacia el afiliado”.
A los 37 años de haber nacido las AFPs en la dictadura de Pinochet , el pueblo chileno,
está exigiendo la desaparición de las AFPs.
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