A partir de las
primeras luchas revolucionarias por la independencia, fueron muchas las mujeres
que formaron parte de este proceso independentista ya que tuvieron que intervenir activamente haciendo
aportes importantes a este momento histórico; entre ellas podemos citar, a las
mujeres de Metapan: Juana de Dios Arriaga, Inés Anselma Ascencio de Román,
Dominga Fabia Juárez de Reina, Úrsula Guzmán y Gertrudis Lemus. Estas dos últimas, proporcionaron piedras y
armas a los indios y mulatos que, el 24 de noviembre de 1811, participaron en enfrentamientos
en esa localidad santaneca, dirigidos por el prócer Juan de Dios Mayorga. Esto
ocurrió 19 días después de haberse iniciado el proceso del Primer Grito de Independencia en San Salvador el 5 de Noviembre de 1811.
Otras mujeres salvadoreñas, valiente del proceso
revolucionario fueron: María Madrid –viuda oriunda de Tejutla (Chalatenango),
de 43 años de edad- y Francisca de la Cruz López –joven de 30 años de edad,
soltera y nativa del lugar-, quienes fueron liberadas gracias al indulto
promulgado el 3 de marzo de 1812, tras ser capturadas y sometidas a largos
interrogatorios y acusaciones de alta traición contra el imperio español .
Pero la historia nos
dice que nuestro país tiene mujeres mártires como: Mercedes Castro –fusilada en San Miguel por
sus afanes libertarios-, al igual que Josefina Barahona, Micaela y Feliciana
Jerez de Zacatecoluca.
Otras mujeres destacadas en la historia salvadoreña son las
hermanas María Feliciana de los Ángeles y Manuela Miranda, quienes,
entusiasmadas por los afanes libertarios en San Salvador, propagaron las
noticias independentistas por
Sensuntepeque, misión patriótica llevada a cabo con sus fuertes voces y
un tambor. La zona se alzó en insurrección el 29 de diciembre de 1811, en el
punto conocido como Piedra Bruja. Estas
patriotas fueron capturadas por los
conquistadores españolas.
Las hermanas Miranda
fueron procesadas en Sensuntepeque y fueron recluidas después en el Convento de
San Francisco de la localidad de San Vicente de Austria y Lorenzana, las
hermanas Miranda escucharon la sentencia que las condenó a sufrir cien azotes
cada una, para ingresar más tarde como siervas sin paga en el convento local y
en la casa del cura párroco.
María de los Ángeles
murió a principios de 1812, cuando su espalda desnuda recibió las descargas del
látigo de su verdugo frente a la multitud reunida en la Plaza Central de San
Vicente. Al momento de su muerte, rondaba los 22 años de edad.
María Felipa Aranzamendi y Aguiar, Ana Andrade Cañas, Manuela
Antonia de Arce y María Teresa Escobar, abogaron por la libertad de sus
cónyuges: Manuel José Arce, Santiago José Celis, Domingo Antonio de Lara y Juan
de Dios Mayorga y les apoyaron de diversas maneras – visitas, bienes, exilio,
privaciones, mensajería y más- para lograr la independencia de los conquistadores y de la Corona española, mientras purgaban sus penas en las cárceles, entre
1814 y 1819.
En El Salvador fue donde se lanzó la primera mujer para
presidenta en toda Hispanoamérica Prudencia Ayala, una mujer de carácter
humilde que en 1930, sin ninguna preparación académica pero consciente de sus
derechos como mujer, reta al sistema social político de su tiempo, al lanzarse
como candidata a la Presidencia de la Republica; convirtiéndose así en la
primera mujer en El Salvador e Hispanoamérica en optar a esa investidura.
Hace 195 años, la
mujer salvadoreña sigue
luchando por la independencia de su patria ,y por la conquista de sus derechos civiles y políticos.
La mujer salvadoreña , durante la conquista fue sometida
al poder de los conquistadores y
fue ultrajada en su honor y
utilizada como un trofeo sexual y fue utilizada para trabajos forzados como parte
del proceso de esclavitud de los
españoles .En ese período, se conoce
poco sobre mujeres salvadoreñas célebres que hayan iniciado este proceso
de conquistar sus derechos
civiles y de igualdad.
A partir de la Revolución
Francesa del 14 de julio de 1789, los países de
América latina iniciaron un
proceso de liberarse del dominio de la
Corona española y para el año
de 1811, la mujer salvadoreña,
participó como combatiente, para
luchar contra los españoles, en
busca de su libertad y de sus
derechos como mujer .
En 1932 también la mujer salvadoreña luchó en contra de la dictadura militar de Maximiliano Hernández Martínez
y estos militares en 1932
decidieron atacar a nuestros indígenas en la zona occidental y cometieron unos de los crímenes más grandes
en contra de hombres y mujeres que
defendieron sus tierras y que la
dictadura , asesinó a unos 35 mil campesinos.
Entre ellos muchas mujeres salvadoreñas que lucharon, junto a
Farabundo Martí, también asesinado por Hernández Martínez.
La misma acción realizó la mujer salvadoreña entre 1970 y 1992, cuando el pueblo organizado se levantó en contra de
la dictadura militar, por medio de organizaciones populares integrando 5 grupos
guerrilleros y formando en 1980 el
ejército Guerrillero Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional.
Esto nos indica que las mujeres independientemente de sus
condiciones sociales y étnicas compartían un mismo ámbito y espacio que las
colocaba en una misma condición de género, determinada por su exclusión de
otros espacios sociales en el ámbito público–político y destinadas a sus roles
de madres, esposas, y cuidadoras.
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