La Puerta del Diablo es un
sitio turístico ubicado en el municipio de Panchimalco, donde se encuentra también el Parque Balboa o los Planes de Renderos,
que incluye “El Mirador”, lugares turísticos que son visitados por Nacionales y extranjeros. En
la Puerta del Diablo Su principal atractivo es la grieta formada por dos
peñascos enclavados sobre el cerro El Chulo, en cuyas cimas puede observarse un
amplio panorama del territorio circundante. Se encuentra situado a un kilómetro
del parque Balboa.
«La puerta del diablo» es el
título de una novela publicada el 24 de mayo de 2015, escrita por Mirna
Castañeda, que hace referencia a hechos históricos y mitológicos en torno a las
leyendas del lugar.
Cuentan que en tiempos de la
colonia, la primogénita de los propietarios de los terrenos conocidos también
como Planes de Renderos, al centro de la capital de San Salvador, era cortejada
por el mismísimo espíritu del mal.
Enterados de esos amoríos, el
padre y sus familiares decidieron una noche cazarle la pelea al príncipe de los
ángeles rebelados contra Dios y arrojados por él al abismo, según la tradición
judeocristiana.
En la huida, y casi al ser atrapado por sus
perseguidores, el indeseable pretendiente rompió un peñasco al que luego se le
empezó a llamar La Puerta del Diablo por la curiosa forma de arco que aparentan
las dos elevadas rocas que la conforman.
La mitología alrededor de esa nomenclatura
recoge otra historia sobre el supuesto Renderos y su prole: se asegura que el
sujeto llegó al lugar mucho antes de esos sucesos, acompañado de su hija veinte
añera y de varias semillas de naranjo para sembrar.
Pero la moza se enamoró de un indio y hasta
pretendió casarse con él, a pesar de las objeciones de los indígenas que
poblaban la zona, quienes aludían al asecho del demonio, alentado por la
belleza de la joven. La pareja desatendió los consejos de los ancianos y una
noche, de manera inesperada, llegó el príncipe de los infiernos y la raptó por
la fuerza.
A pesar de la lucha librada por el novio para
evitar el secuestro de su prometida, se impuso la fuerza del Diablo, quien
logró darle muerte. Enterado de lo que acontecía, Renderos se encaminó al sitio
en mitad de la madrugada y sólo encontró al Diablo convertido en toro.
Haciendo uso de sus mañas, el demonio arrastró
hasta unas rocas gigantes al padre de la joven objeto de sus pasiones y terminó
lanzándolo hacia el abismo. Han transcurrido varios siglos, en los cuales se ha
seguido alimentando esta leyenda que atrae a una gran cantidad de turistas,
quienes visitan el escenario donde, se dice, venció el Diablo.
Su verdadero nombre es poco
conocido se llama el cerro ¨El Chulo¨ mejor conocido como La Puerta del Diablo,
ubicado a un kilómetro al sur del Parque Balboa en el municipio de Panchimalco.
El topónimo Chulo significa ¨Lugar del desertor¨ y el apelativo ¨Puerta del Diablo¨ algunos se
lo atribuyen a Raúl Contreras.
Son tres formaciones pétreas de gran tamaño,
conocidas por los lugareños como el chulo, el chulito y el chulón (la más
grande), según datos de la historia estas fueron producto de los caprichos de
la naturaleza, nos cuenta el historiador Jorge Lardé y Larín, que allá por el 8
de octubre de 1762 una fuerte tormenta esculpió estas imponentes rocas,
liberándolas del cerro homogéneo que antes era.
Desde sus altitudes se goza de
una vista panorámica completa en sus 360 grados, su fresco clima y el vértigo
adrenalino que libera al estar en sus cumbres es indescriptible, algunos más
aventureros se animan a practicar el canopy y rapel, otros simplemente se
sientan a meditar y disfrutar del horizonte infinito.
Es tan generoso el paisaje que
desde ahí se puede divisar el lago de Ilopango, el cerro de las pavas de Cojutepeque,
el volcán Chinchontepec de San Vicente, y en primer plano la villa de Panchimalco
un pueblo de origen indígena con su iglesia declarada patrimonio cultural
dedicada a Santa Cruz de la Roma, fue construida en 1543 y reconstruida en
1736. Acá se celebra el festival de las Flores primer domingo de mayo. Y como si eso no fuera suficiente al
atardecer se puede apreciar claramente un inmenso espejo de agua color carmesí
que proviene del litoral en el Océano Pacífico.
Desde “la Puerta del Diablo”
el poeta salvadoreño Alfredo Espino dijo
en su poema “Ascensión”:
“¡Dos alas!... ¿Quién tuviera dos alas para el
vuelo?
Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido.
Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido,
que si no fuera un mar, ¡Bien sería otro
cielo!.."
Recientemente, un grupo de fanáticos religiosos
quieren cambiarle el nombre a “La puerta
del Diablo” y el fanatismo los hace creer
que debe ponérsele “La Puerta de Jesús”. Ésta propuesta es una de las más “Bayunca” que se le
hace al Alcalde de Panchimalco y a los diputados de la Asamblea.
Nuestras leyendas y nuestras historias no las
confundan, “mejor busquen trabajo y propongan mejorar este lugar turístico, que
ya tiene Siglos de llamarse “puerta del Diablo”.
¿Quién dijo miedo a La Puerta del Diablo”?
Escribe a:
renehurtadoperiodista@gmail.com
1 Comentarios
Me llega tu posición Rene Hurtado. Claro que no le van a cambiar el nombre, Puerta del diablo tiene su historia, es cultura, mito, leyenda, Waow. El fanatismo religioso definitivamente enajena. FIN
ResponderEliminar