La década de los 70´s fue sin
lugar a dudas, la época de la conformación de la base guerrillera, que luego
buscó la unificación de las organizaciones populares y guerrilleras para
conformar en 1981, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN.
El triunfo de la Guerrilla sandinista en Nicaragua, el 19 de julio de 1979,
puso entre la espada y la pared al gobierno de los Estados Unidos y las
organizaciones en El Salvador aprovecharon esa oportunidad para unificarse en
el Frente Democrático Revolucionario, encabezado por el Dr. Guillermo Manuel
Ungo, y en marzo de 1980, el asesinato del Arzobispo Monseñor Oscar Arnulfo
Romero por los Escuadrones de la Muerte, aceleró la unificación del pueblo. En
1981 formó el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN,
integrado por 5 organizaciones guerrilleras: FPL; PRTC; ERP; FARN y las FAL del
Partido Comunista.
A partir de esa fecha, la
guerrilla del FMLN estaba dirigida verticalmente por la Comandancia General y
el proceso de la lucha armada entró en una nueva etapa en el área rural y los
Comandos Urbanos en las ciudades. La guerrilla del FMLN comenzó la lucha armada
en 10 de los 14 Departamentos del país, con diferentes Frentes de Guerra,
mientras los Estados Unidos incrementaron la ayuda militar al ejército
salvadoreño, incluyendo a los asesores militares y los Escuadrones de la Muerte
que asesinaban un promedio de 30 a 40 salvadoreños diariamente, acusados de
izquierdistas, mientras el ejército bombardeaba caseríos, pueblos y cantones,
cometiendo masacres entre la población civil.
Esta guerra que se inició en
la década de los 70´s, fue motivada por los constantes fraudes electorales que
hacia la dictadura militar, acompañada de represión al pueblo, persecución,
asesinatos de sindicalistas, obreros, empleados, campesinos, maestros y
sacerdotes, entre ellos Monseñor Romero. Durante esos 26 años de guerra en El
Salvador, San Salvador fue sacudida diariamente por bombas colocadas por la
guerrilla y por los Escuadrones de la Muerte y frecuentemente el FMLN ordenaba
el paro al transporte, prohibía la circulación de vehículos en carreteras y
ciudades, mientras el ejército destruía los cultivos en el área rural y
bombardeaba poblados; la guerrilla por su parte, dinamitaba torres del tendido
eléctrico para debilitar lo que ellos llamaban “ la economía de guerra del
enemigo” .
Con la llegada del
expresidente Alfredo Cristiani, de ARENA, en 1989, el FMLN continuó con los
diálogos para una solución política negociada al conflicto, pero no habían
resultados y en noviembre de ese año, los militares en estado de alerta,
esperaban una ofensiva guerrillera y la pregunta era: ¿Tendría capacidad el
FMLN de mantener una ofensiva militar en todo el país? Y la ofensiva no se hizo
esperar. El 31 de octubre de 1989, los “escuadrones de la Muerte” colocaron una
potente bomba en el local de FENASTRAS y
antes de las 12 del mediodía, la explosión
criminal dejó como saldo 8
dirigentes de FENASTRAS asesinados entre
ellos Febe Elizabeth Velásquez y una gran cantidad de heridos. La bomba fue
colocada frente al mercado Cuartel en una entrada del local de FENASTRAS .
El sábado 11 de noviembre – en horas de la
mañana - la guerrilla ataca el Cuartel de la Guardia Nacional, y ante esta
clase de ataques, algunos militares no dejaron de sonreír – en tono burla- pero
faltando 10 minutos par las 8 de la noche de ese mismo día, la guerrilla inicia
ataques simultáneos contra escuela de policía CETIPOL, da santa Tecla; en la
escuela Militar, en Merliot; Colonia Zacamil; San Ramón; Ayutuxtepeque;
Mejicanos; Cuscatancingo; Soyapango; Ilopango; en la Fuerza Área y ataca
posiciones militares en los 12 Departamentos restantes de todo el país y en San
Salvador a cada minuto explotaban las bombas y los tiroteos no cesaron a partir
de esa noche.
En una de mis entrevistas con
el ex-comandante guerrillero, Raúl Hércules - Fidel Recinos- le pregunté: ¿Fue
sorprendida la fuerza armada y que pasó con la inteligencia del ejército?
“Cuando ingresamos y tomamos Soyapango, lo hice con 1500 guerrilleros, desde la
zona de Cabañas, Cuscatlán; la gente que teníamos en San Salvador, también de
la zona Occidental e igualmente de La Libertad, Santa Tecla, que ocuparon la
Colonia Santa Marta en San Salvador y al final todos nos concentramos en
Soyapango pasando por el Bulevar del Ejército”.
“La decisión política de esta
ofensiva se tomó en 1985 y de esa fecha al 1989 fueron 4 años de preparación y
le llamamos a la Ofensiva militar ‘hasta el tope”, para tener una correlación
favorable, porque existía una inercia y teníamos que crear un hecho político
militar que nos pusiera en ventaja o desventaja y lo hicimos con 2 parámetros
bien claros: Uno, tomar todo el poder y dos, para tener una correlación
favorable para una solución política negociada”.
“Para esta ofensiva, tuvimos
que prepararnos para comprar misiles tierra-aire, pero no encontramos los que queríamos:
Sam 7 y Sam 14, preparamos el armamento, especialmente a levantar los planes
logísticos de los ataques. Yo partí de una tesis que la ofensiva militar no
estuvo bien diseñada en sus aspectos táctico, pero política y estratégicamente
era correcta, porque era una ofensiva muy dispersa y en base a esa situación,
puedo decir que la Comandancia General no aceptaba recomendaciones, ni
escuchaba a nadie y tuvo una actitud de ‘aplanadora’ y tuvo el error de
entrometerse en la conducción táctica de la ofensiva y muchas de las fallas que
tuvimos en términos militares , fue porque la Comandancia estaba metida hasta
en la parte táctica y no alcanzaban a dirigir las cosas y eso nos correspondía
a los jefes de las unidades guerrilleras que estábamos en el terreno” .
“La ofensiva que hicimos fue
un ‘ahorro’ de costo social, es un poco macabro lo que digo, pero fue un ahorro
de un sangramiento por la inercia que había en el país – suponete – que
hubieran habido 1.000 muertos del FMLN, si esa ofensiva no se hubiera hecho,
hubieran habido por los menos 5 mil muertos más”.
“El Batallón de Paracaidistas
de la Fuerza Aérea fue la encargada de lanzar sobre la población de Soyapango
bombas de 500 libras y un ‘baboso’, con el indicativo de ‘ 3-7 ‘, este
‘baboso’, era rudo - si en una casa entraba un guerrillero y si habían 50
personas civiles, él, por matar al guerrillero, destruía la casa y mataba a
todos los civiles y si veía un guerrillero entre 10 soldados, él mataba a los
soldados para matar al guerrillero - y creo que esa sección de la Fuerza Aérea
, que bombardeaba a la población civil, evitó que el sistema no se cayera en
ese momento, ya que el resto de las batallones estaban desmoralizados y a los
10 días, nos retiramos de Soyapango por una decisión política” .
Con relación a la movilización
rápida de los combatientes de ese sábado 11 de noviembre a las 8 de la noche,
el Comandante Raúl Hércules de la FARN dice: “ese día sábado, los compañeros
hicieron una serie de actividades para pasar desapercibidos y realizaron
fiestas, casamientos; cumpleaños, partidos de fútbol, se hicieron ‘entierros’ y
en los ataúdes llevábamos las armas y todos los dolientes eran las mismos
guerrilleros; tenían armas enterradas en las canchas de fútbol; en muchas casas
de Soyapango se tenían los uniformes militares y alimentos para varios días y
al inicio de la ofensiva, todos se concentran en las terminales de buses y las
tropas bajo mi mando estacionadas en Guazapa, hicimos un acercamiento a
Soyapango el 10 de noviembre, otras unidades con sus jefaturas, ingresaron en
horas de la noche del día sábado 11 por Bosque del Río, los Conacastes, la
Coruña; luego ingresamos al Reparto Guadalupe y de esta manera, nos ‘atrincheramos’
en Soyapango y logramos sacar de los cuarteles a la Fuerza Aérea y los
Batallones de Reacción y los hicimos llegar a nuestro terreno”.
Desfile
de modas en cuartel San Carlos
En esta ofensiva del 11 de
noviembre de 1989 , los militares también cuentan su historia y el Comandante
del cuartel San Carlos en esa época – el Coronel Helena Fuentes - que se
caracterizaba por colocarse una cintillo alrededor de la cabeza – al estilo Rambo
y utilizaba lentes oscuros - no acepta que la guerrilla del FMLN sorprendió al
ejército con la ofensiva del 11 de noviembre y nos cuenta su propia versión: “mire,
la situación no es que se alargó, sino que nosotros teníamos el problema, que
los guerrilleros habían entrado a las casas de la población civil y no estaban
en las calles y para un combate urbano es muy distinto, es más tardado que un
combate en campo abierto y hay que tener mucho tacto de no matar gente inocente
y ellos se escudaban en la población civil y fue una situación muy grave y poco
nos extendimos para deshacer el nudo que estaba en la Universidad Nacional y como
no era un objetivo militar, me tardé 2 días para obtener la orden del
presidente Alfredo Cristiani – Comandante General de la Fuerza Armada - para
poder entrar a la Universidad Nacional , ya que era una orden política y no
militar”.
Coronel, ¿Qué pasó con el
ejército en la Colonia Zacamil? ¿ Por qué los guerrilleros ocuparon fácilmente
la zona, capturando policías y destruyendo el cuartel de la Colonia Zacamil?
“Lo que pasó fue que los agentes que estaban allí, no aguantaron la presión de
la guerrilla a tal grado que se vistieron de civil y andaban combatiendo de
civil y se confundieron, porque creyeron que todo estaba terminado y eso los
abatió y todos se retiraron y se fueron para la Policía de Cuscatancingo. Aquí
en San Salvador, cerca del cuartel San Carlos capturamos varios campesinos guerrilleros,
que no conocían bien la zona en horas tempranas del día 11 de noviembre, porque
preguntaban por algunos lugares y los identificamos porque solamente llevaban
un ‘matata’ colgada al hombro, con miel y dulce de ‘totoposte’ y algunos tiros
que les podían ayudar a sobrevivir varios días”.
Cinco días antes del ofensiva, dice el coronel
Helena Fuentes , “se capturó al hermano de Monseñor Gregorio Rosa Chávez, en la
colonia Zacamil, y se detectó que andaba preparando la ofensiva, ya que él era
jefe guerrillero y el FMLN había alquilado 79 casas cerca del cuartel san
Carlos y como a las 8:15 de la noche comenzaron a salir de esas casas, donde
tenían armas, uniformes y alimentos . “Antes del sábado 11, yo había invitado a
unos 300 vecinos de la zona norte de San Salvador cercanos al cuartel San
Carlos , para tomar café y pan y les dije verían un desfile de modas, con la
ropa y los utensilios que usaban los guerrilleros para vigilar la zona y los
soldados del cuartel San Carlos fueron disfrazados de limpiabotas; de
futbolistas, de vendedores de paleta, de electricistas, de mendigos y de otras
ocurrencias que utilizaba el FMLN para introducir a sus combatientes y por eso
el cerco militar de protección al cuartel se logró desde la Universidad
Nacional, la ex embajada americana, la calle a Mejicanos, hasta la Iglesia Don
Rúa”.
Durante la ofensiva guerrillera,
el gobierno ordenó que se cortara el servicio de agua potable en las colonias y
barrios que ocupaba la guerrilla, para tratar de matarles la moral y la
población civil tenía que padecer esa medida.
El comandante “Logan” -
Dagoberto Gutiérrez, ahora analista político- que dirigió los ataques en Ciudad
Delgado, nos habla de la maniobra militar que se hizo al volcán de San Salvador
para ocupar la colonia Escalón, la colonia Campestre y el Hotel El Salvador
Sheraton, donde la guerrilla capturó a varios marines norteamericanos y al
mismo secretario General de la OEA, Joao Baena Soarez. Esa maniobra militar,
dice Dagoberto Gutiérrez: “decidimos hacerla abandonando el área de manera
escalonada, una parte se quedó en Ciudad Delgado y otra parte nos movimos a la
colonia Escalón, ya que pensamos equivocadamente, que la Fuerza Aérea no
atacaría a la población civil de Ciudad Delgado, pero 3 días después, la estaba
bombardeando y masacrando. La Operación militar en la colonia Escalón duró un
día y tuvo una repercusión mayor que los 11 días de combate en Cuidad Delgado,
ya que por primera vez en la historia de este país, la gente pobre con las
armas toca el cielo de la capital salvadoreño y la guerra fue llevada a los
dormitorios de los ricos, a la salas y sus cocinas y esta fue la mayor aventura
histórica que los pobres con el FMLN han hecho en este país , golpeando la
cabeza y el corazón de la clase poderosa del país. Hay que aclarar que el
enemigo militar, mientras estuvimos en la colonia Escalón, la Fuerza Armada no
bombardeó el lugar y esta ocupación desorientó al ejército”.
Por su parte, un jefe militar
me comentó que en esa fecha, salió con una columna militar del Estado Mayor
rumbo a la colonia San Benito y cerca del Hotel Presidente tomaron otra ruta y
otra columna de soldados se dirigía a la Colonia Escalón, pero debido al
nerviosismo de los soldados, provocó un enfrentamiento donde murieron varios
militares ”.
Ejército ordena asesinar a 6
sacerdotes jesuitas
Mientras la ofensiva se
intensificaba, el gobierno del presidente Cristiani ordenó una cadena de radio
encabezada por la radio Cuscatlán, del ejército, y donde diariamente se pedía
que se eliminara a los sacerdotes jesuitas, y la fuerza armada ordenó la
censura en los periódicos y cada uno de ellos tenía un militar que no permitía
fotografías y noticias que favorecieran al FMLN. El sábado 11 se había iniciado
la ofensiva militar y el día 16 de noviembre de 1989, a las 6 de la mañana,
recibí una llamada telefónica de la radio YSKL donde trabajaba como Director de
Prensa, igualmente me llamó Don
Cristóbal Iglesias, Director de Diario El Mundo donde trabajaba como
fotoperiodista y me dijeron – “acaban de
llamar y dicen que hubo un atentado contra el padre Ellacuría” - de inmediato,
salí para la Universidad José Simeón Cañas, para confirmar esa noticia, pero lo
hice con precaución, por los enfrentamientos armados y porque se me había
informado, que el General Zepeda, Eugenio Acosta Rodríguez - Director de la
radio Cuscatlán – y Mauricio Sandoval, del gobierno, habían mencionado en una
reunión de medios de comunicación en el Estado Mayor, que se ordenaría mi
captura, porque yo había querido “romper” la cadena de radio, lo cual era
falso.
Llegué a la Universidad por el
sector Sur y al final de la Avenida “Albert Einstein” , pregunté en una casa de
los sacerdotes si era cierto el atentado del padre Ellacuría y el sujeto que me
recibió, me remitió al dormitorio de los sacerdotes en la UCA , antes de llegar
a la Torre Democracia me detuve, había gente del ejército, y ante mi estaban 4
cadáveres de los sacerdotes, entre ellos el padre Ellacuría, tirados en la
grama y acribillados a balazos; dentro de la casa dormitorio se encontraban
otros 2 cadáveres en cuartos separados, que también estaban acribillados a balazos
y al salir bajé a una pequeña sala, donde estaba los cadáveres abrazados de 2
mujeres – madre e hija- que trabajaban con los sacerdotes, también acribillados
a balazos.
De esta escena dantesca, tomé
fotografías. Como espectador de los cadáveres, encontré al ex - Ministro de
Trabajo, el pedecista Tadeo Bernal Lizama - recientemente fallecido - y
mientras conversaba con él, un oficial militar nos dijo descaradamente: “retírense
un poco, porque los terroristas del FMLN pueden regresar”. Esto explica la
actitud del ejército cuando cerca de los cadáveres dejaron una bandera del FMLN
y la cadena de radio del gobierno trató de confundir a la opinión pública,
responsabilizando a la guerrilla de la masacre.
El asesinato de los 6
sacerdotes jesuitas y de las 2 mujeres en los terrenos de la UCA, provocó, que
tácticamente el FMLN comenzara un retiro gradual de sus tropas guerrilleras de
los distintos barrios y colonias de San Salvador, porque ya se sabía que el
responsable era el Batallón Atlacatl, dirigido por varios oficiales que
recibieron la orden del Coronel Alfredo Benavides, Director de la Escuela
Militar. Los responsables de este crimen fueron condenados, pero liberados por
una ley de Amnistía y la Comunidad Jesuita ha estado exigiendo que se castigue
a los responsables intelectuales de esta masacre.
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