Ciudad del Vaticano.- El presidente de Cuba, Raúl Castro, no
ocultó su entusiasmo por el papa Francisco, uno de los artífices del proceso de
deshielo del régimen comunista con Estados Unidos. Después de un significativo
encuentro a solas con él de 55 minutos, confesó que hasta podría convertirse al
catolicismo.
"Salí impresionado por su sabiduría, por su modestia y
todas las virtudes que sabemos que tiene. Yo leo todos los días los discursos
del Papa y si sigue hablando así, volveré a rezar y volveré a la Iglesia
Católica, y no es broma”.
"Soy comunista, y como saben en el pasado uno no podía
ser miembro del Partido Comunista si era católico, pero hoy ya no es así, hemos
dado pasos adelante", también explicó el hermano menor de Fidel, de 83
años, que lució más que entusiasmado después de su encuentro "muy
agradable" con Francisco.
"Él es jesuita y yo también fui a una escuela jesuita, y
hay un sacerdote famoso en América latina, Frei Betto, más joven que yo, a
quien le dije: «Frei Betto, yo oí más misas que tú». Y cuando el Papa vaya a
Cuba, en septiembre, yo iré a todas las misas con satisfacción", dijo.
Vestido de traje azul oscuro y corbata al tono y procedente
de una gira que lo llevó antes a Argelia y a Rusia, Castro se reunió con el
Papa en el estudio adyacente al aula Pablo VI, en el Vaticano, el mismo lugar
en el que será recibida la presidenta Cristina Kirchner el 7 de junio próximo.
La visita, la segunda de un Castro después de la que había
hecho el "comandante revolucionario" Fidel en 1996 durante el
pontificado de Juan Pablo II, fue de carácter estrictamente privado y fue el
preludio de la visita que Francisco hará a la isla caribeña en septiembre
próximo, antes de visitar Estados Unidos.
Esa etapa fue agregada después del rol de mediación crucial
que tuvo el Papa para el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados
Unidos después de más de medio siglo. Ese histórico deshielo fue
sorpresivamente anunciado el 17 de diciembre pasado (día del cumpleaños del
Papa) en forma simultánea por Castro y su par estadounidense, Barack Obama. En
esa ocasión, ambos elogiaron el rol del Pontífice.
"Bienvenido", dijo el Papa al recibir a Castro, que
lo saludó inclinando la cabeza y dándole un apretón de manos y le dijo:
"Es un honor".
Durante los 55 minutos que estuvieron a solas -un tiempo muy
largo, que superó los 52 minutos del Papa y Obama en marzo del año pasado, en
los cuales, sin embargo, también hubo intérprete-, tal como se esperaba el
presidente cubano le agradeció al Papa su "rol activo en favor de una
mejora en las relaciones" con Washington.
"Usted es un hombre muy pragmático", le dijo a su
turno el Papa a Castro, en una frase más que significativa que LA NACION pudo
saber de una fuente vaticana.
Durante el cara a cara, "muy familiar y cordial",
según dijo el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, se habló
especialmente del viaje que el Papa hará a Cuba en septiembre. Será el tercer
viaje de un pontífice a la isla comunista, después de los que hicieron Juan
Pablo II, en 1998 (cuando llamó a "Cuba a abrirse al mundo y el mundo a
Cuba"), y Benedicto XVI, papa emérito, en marzo de 2012.
"Le presenté los sentimientos del pueblo cubano a la
espera y en la preparación de la visita a la isla de septiembre próximo",
dijo Castro a los periodistas.
Como el encuentro fue más largo de lo esperado y el
presidente cubano tenía una posterior entrevista con Renzi, el saludo a la
delegación que lo acompañaba y el intercambio de regalos, que tuvo lugar en
otro salón, fueron muy breves, tal como pudo ver LA NACION, presente en el
restringido pool de periodistas que pudieron cubrir el encuentro.
En la comitiva estaban el vicepresidente del Consejo de
Ministros, Ricardo Cabrisas Ruiz; el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, y el
embajador de Cuba ante la Santa Sede, Rodney López. Además, algunos familiares
del mandatario cubano, entre ellos su hijo menor, Alejandro, y uno de sus
nietos.
"Sabe, yo soy bisabuelo", le dijo Castro al Papa, a
quien le regaló luego una medalla conmemorativa de los 200 años de la catedral
de La Habana. "Sólo se hicieron 25 ejemplares", le detalló a
Francisco.
Por su parte, un artista cubano de renombre presente en la
delegación, llamado Kcho, le obsequió una pintura inspirada en la visita de
Francisco a la isla de Lampedusa y su compromiso con los inmigrantes y
refugiados. En la tela puede verse una cruz formada por diversas barcazas y
debajo, una persona arrodillada que reza.
Como suele hacer con todos los presidentes, el Papa le regaló
a Castro la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium" (La Alegría
del Evangelio), "donde hay unas de esas declaraciones que le gustan a
usted", le dijo.
Dejó así entender que durante esos 55 minutos en los que
"conquistó" a Castro también se tocaron temas sociales y económicos
presentes en el documento programático del Papa. Además, le obsequió un
medallón con la imagen de San Martín de Tours que con su manto cubre a los
pobres. "Me gusta mucho regalar esto porque es una intuición de lo que
tenemos que hacer: cubrir la miseria de nuestra gente y después promover su
dignidad", le explicó.
Como siempre, el Papa acompañó hasta la puerta a su huésped
ilustre y se despidió diciéndole "Rece por mí". Entonces Castro, que
ya estaba por subirse a su auto oficial, volvió hacia atrás para decirle:
"Y usted rece por mí". "Ya lo hago", le aseguró con una
sonrisa el Papa, que se quedó allí hasta que el auto con banderitas cubanas
desapareció de su vista.
Ex alumno jesuita, Castro reconoció que lee todos los
discursos de Francisco y que asistirá a todas las misas que oficie en la isla.
"Tuvimos una
reunión muy agradable con el papa Francisco. Salí muy impresionado por su
sabiduría, su modestia y todas las virtudes que sabemos que él tiene. Yo me leo
todos los discursos del Papa y sobre todo los comentarios que él hace. Si el
Papa sigue hablando así, comenzaré a rezar y volveré a la Iglesia Católica. Y
no lo digo en broma".
"Soy comunista
(...) el partido no permitió jamás la misión de los creyentes. Hoy está
permitido que haya creyentes. Es un paso adelante "Cuando el Papa llegue a
Cuba en septiembre, prometí ir a todas sus misas y estaré encantado de
hacerlo".
"Él es un
jesuita y yo, de alguna manera, también lo soy, siempre estuve en escuelas de
jesuitas y conocí muy bien al sacerdote brasileño Frei Betto, teólogo de la
teología de la liberación, y yo le decía: yo he escuchado más misas que
tú".
"Quizás el 28 de
mayo el Senado [norteamericano] nos quite de la famosa lista de países
terroristas. Nunca debimos ser incluidos en ella"
Un antiguo colegio jesuita donde el líder de la revolución
cubana Fidel Castro y su hermano Raúl estudiaron a finales de los años treinta
en la ciudad de Santiago de Cuba, reabrió sus puertas tras una minuciosa restauración, informó este sábado la agencia
estatal AIN.
La edificación, inaugurada en 1913, fue transformada en 1961
-dos años después del triunfo de la
revolución.
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