Después de 35 años de mantener en el olvido
la Beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el Periódico El País de España publicó una conferencia de Prensa de los voceros del Vaticano,
donde dieron a conocer quienes
bloquearon durante esos años la
Beatificación de Monseñor Romero. El periódico español titula la noticia:
“Roma admite que las críticas contra Romero
frenaron su beatificación
El arzobispo italiano
Vincenzo Paglia las ha pasado canutas delante de un tropel de periodistas que,
en la sala de prensa del Vaticano, le vino a preguntar lo siguiente: ¿por qué,
estando tan claras las virtudes y el martirio de monseñor Óscar Romero,
asesinado el 24 de marzo de 1980 en San Salvador mientras oficiaba misa, la
Iglesia se ha negado durante décadas a beatificarlo? El arzobispo Paglia,
presidente del Consejo Pontificio de la Familia y postulador de la causa de
beatificación de monseñor Romero, ha intentado amablemente salirse por la
tangente, pero al final no ha tenido más remedio que admitir que, antes y
después de su asesinato, el arzobispo de San Salvador sufrió una brutal campaña
de desprestigio por parte de la derecha política, los embajadores salvadoreños
ante la Santa Sede y de algunos cardenales que lo acusaban de ser comunista e
incluso de estar desequilibrado”.
La conferencia de prensa,
organizada para glosar las virtudes de monseñor Romero después de que, el
martes, el papa Francisco promulgara “el decreto de martirio” que implica la
beatificación, se convirtió en un viaje a las sucias intrigas del Vaticano. Si
los escuadrones de la muerte que dirigía el mayor Roberto D'Aubuisson fueron
los culpables del certero disparo que destrozó el corazón de Romero justo en el
momento de alzar el cáliz, la confesión del arzobispo Paglia ha dejado claro
que quienes buscaron asesinar su prestigio también tenían un plan muy bien
trazado. “En los años de Romero”, admitió el arzobispo, “llegaban kilos de
cartas contra él al Vaticano, le acusaban de hacer política, de ser
desequilibrado, de ser comunista… Estaba claro que había muchos que estaban en
contra. Pero, al final, la verdad ha tenido su victoria. Los renglones torcidos
de la Iglesia han provocado que al final sea el primer papa latinoamericano el
que beatifique a monseñor Romero”.
De no haber sido por el Papa
la beatificación de Romero seguiría durmiendo el sueño de los justos.
A la conferencia de prensa
también asistió Jesús Delgado, el secretario de monseñor Romero desde que fue
nombrado arzobispo hasta el día de su asesinato. También Delgado admitió que
existía una oposición económica, social y política a su beatificación. En una
entrevista con Efe, Delgado dijo que uno de los que bloqueó la beatificación de
Romero fue el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, fallecido en 2008:
“Algunos dicen que fue López Trujillo el que atrasó el proceso y puede que sí,
porque él era el encargado de los temas de América Latina”. De lo que no le
cabe duda a Delgado es que, de no haber sido por Jorge Mario Bergoglio, la
beatificación del arzobispo salvadoreño seguiría durmiendo el sueño de los
justos”.
Entre estos traidores que bloquearon la santificación de Monseñor
Romero, también se conocieron que sacerdotes salvadoreños identificados con la
derecha que declaraban al Vaticano que
Monseñor Romero” era comunista, loco,
quería levantar a pueblo y era guerrillero”. Los famosos hermanos de báculo,
traidores a Monseñor Romero, algunos ya murieron
y otros todavía están vivos, pero será Monseñor
Romero quien los juzgue en los cielos y que Dios les imponga su castigo.
Monseñor Romero conocía de
estos sacerdotes y los perdonó en vida,
pero ahora Dios hizo justicia, al declarar Mártir a Monseñor
y santificarlo por “odio a la Fe”.
Desde la década de 1970, la
dictadura militar y los “Escuadrones de
la muerte” asesinaron a un Arzobispo, a
12 sacerdotes y 4 religiosas extranjeras. Todos ellos también son mártires por
“odio a la fe” y los procesos de
mártires se iniciaron con Monseñor
Romero y ahora el Vaticano continúa con
padre Rutilio Grande. Los Sacerdotes asesinados son los siguientes: El 24 de marzo de 1980, el arzobispo de
San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, fue asesinado mientras celebraba misa en la
capilla del Hospital "Divina Providencia".
12 de marzo de 1977: El sacerdote jesuita
Rutilio Grande, párroco de Aguilares, es asesinado en la carretera a El Paisnal
junto con dos campesinos;
11 de mayo de 1977: El sacerdote Alfonso
Navarro Oviedo, párroco de la Colonia Miramonte de San Salvador es asesinado en
su iglesia parroquial, junto a un muchacho que colaboraba como sacristán.
28 de noviembre de 1978: El sacerdote Ernesto
Barrera Motto, fue asesinado por Ejército en la Colonia Dolores San Salvador.
20 de enero de 1979: El
sacerdote Octavio Ortiz fue asesinado en el “Despertar” en San Antonio Abad, San Salvador, junto a 4
jóvenes, aspirantes al sacerdocio.
El 20 de junio de 1979: El sacerdote Rafael
Palacios fue asesinado en Santa Tecla, por Unión Guerrera Blanca.
4 de agosto de 1979: El
sacerdote Alirio Napoleón Macías fue asesinado en la sacristía del templo
parroquial de San Esteban Catarina.
2 de diciembre de 1980: Las
religiosas norteamericanas Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel y Jean
Donovan, son violadas y asesinadas por soldados de la Guardia Nacional tras
salir del Aeropuerto Internacional de San Salvador.
Y el 16 de noviembre de
1989: Los sacerdotes jesuitas, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo
Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno junto con el jesuita salvadoreño
Joaquín López y López y las domésticas, Elba y Celina Ramos, son masacrados por
un escuadrón del Batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de El Salvador dentro de la UCA”.
“…Les
suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!”.
¿Quién dijo
miedo?
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