Durante mi época de “cipote” conocí la calle San Antonio Abab y desde hace tantos
años, esta calle empedrada y poco pavimentada, que se
iniciaba desde la Universidad Nacional es conocida por todos los salvadoreños
como Calle a San Antonio Abab y esta población, el próximo 13 de febrero del año 2015 estará celebrando 110 años de haber sido fundada.
Este lugar antes de llamarse San Antonio Abab se le denominó “Pueblo
nuevo de Cuscatancingo”, porque
pertenecía a este Municipio. Así se le llamó hace más de cien
años al sector que hoy se conoce como San Antonio Abad, al norponiente de la
capital.
En el Siglo XIX, los ancestros de la mayoría de sus actuales
habitantes, emigraron desde ese municipio hacia las faldas del imponente Volcán
Quezaltepec (o de San Salvador), motivados por la fertilidad de sus tierras
para el cultivo.
Con el pasar del tiempo, el lugar se convirtió en un caserío.
En 1902 fue declarado cantón.Tres años después, el 14 de febrero, por decreto legislativo, se
funda la Sociedad San Antonio Abad, y su población es separada de la
jurisdicción de Cuscatancingo. Se agrega al entonces Barrio El Calvario, de San
Salvador.
Esta historia breve de San Antonio Abab se llena de tragedias, cuando durante la guerra la Guardia Nacional
utilizando tanquetas, violentando la puerta se introdujo a la casa
de retiro de la Iglesia Católica “El Despertar” ubicada en San Antonio Abab.
El 19 de enero de 1979, en un centro de retiro en "El
Despertar", en San Antonio Abad, fueron asesinados el Padre Octavio Ortíz
Luna, y cuatro estudiantes y catequistas: Ángel Morales, David Caballero, Jorge
A. Gómez y Roberto A. Orellana.Como periodista estuve presente en “El Despertar”
y el Padre Octavio Ortíz Luna, un joven sacerdote al ponerse frente a la “tanqueta” de la Guardia Nacional dieron
ordenes de “atropellarlo y aplastarlo” y
de esta manera fue asesinado junto a los
seminaristas y el gobierno militar, dijo
que eran “terroristas de la izquierda”.
Esto se le ha olvidado a Norman Quijano y ahora como
nacionalista, no sabe quién es San Antonio Abab, pero lo vamos a educar:
Antonio Abad nació en el pueblo de Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el
Bajo Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas
sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir a una
comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego
pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en
el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en
absoluta soledad.
Es el patrón de los animales ya que le agradaban mucho y
siempre los cuidaba. Se le suele representar acompañado de un cerdo.
De acuerdo con los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo,
popularizados en La leyenda dorada del dominico genovés Santiago de la Vorágine
en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el
desierto.
Dr. Norman Quijano, usted quiere cambiar el nombre
de San Antonio Abab por el mayor Roberto D`Aubuisson y usted argumenta,
que es debido a su cargo como presidente de la Asamblea Constituyente de 1983.
Yo conocí como periodista
al mayor y Roberto D`Aubuisson y en su época en la segunda planta de la asamblea, los diputados sabían que
existía un grupo de miembros de los
“escuadrones de la muerte” y acusaban
al jefe de seguridad de la asamblea
- de nombre, Dr. Regalado - de recibir las órdenes del mayor Roberto D`Aubuisson para actos clandestinos.
¿Se acuerda Doctor
Quijano del Asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero y del Informe de la
Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas? “Caso Monseñor Romero. El 24 de Marzo de 1980 el Arzobispo de San
Salvador, monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, fue asesinado cuando
oficiaba la misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia.
La Comisión de la
Verdad concluye lo siguiente: 1. El ex Mayor Roberto D`Aubuisson dio la orden
de asesinar al Arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de su entorno
de seguridad, actuando como escuadrón de la muerte, de organizar y supervisar
la ejecución del asesinato.
2. Los capitanes Álvaro
Saravia y Eduardo Ávila tuvieron una participación activa en la planificación y
conducta del asesinato; así como Fernando Sagrera y Mario Molina.
3. Amado Antonio
Garay, motorista del ex Capitán Saravia, fue asignado para transportar al tirador
a la capilla, el señor Garay fue testigo de excepción cuando, desde un
Volkswagen rojo de cuatro puertas, el tirador disparó una sola bala calibre 22
de alta velocidad para matar al Arzobispo.
Conclusiones.
La comisión de la Verdad concluyó lo siguiente:
1. Existe plena
evidencia de que: el ex mayor Roberto D`Aubuisson dio la orden de asesinar al
arzobispo Oscar Arnulfo Romero y dio
instrucciones precisas a miembros de su entorno de seguridad, actuando como
escuadrón de la muerte de organizar y supervisar la ejecución del asesinato. Y
los capitanes Álvaro Saravia y Eduardo Ávila tuvieron una participación activa
en la planificación y conducta del asesinato, así como Fernando Sagrera y Mario Molina.
2. Hay suficiente
evidencia de que Walter Antonio Musa Alvares, junto con el ex capitán Saravia,
tuvo que ver en la cancelación de los honorarios (de mil colones) del autor material del
asesinato, (Mario Molina, hijo del Coronel Molina)”.
Por respeto al pueblo
salvadoreño Doctor Norman Quijano, que a una calle que lleva por nombre San Antonio Abab- un
Santo- y que está por cumplir 110 años, me parece una falta de respeto cambiarle el nombre. ¿Usted quiere ponerle
el nombre del mayor Roberto D`Aubuisson acusado
de haber asesinado a monseñor Oscar Arnulfo
Romero y de ser fundador de los “Escuadrones de la Muerte”?
¿Quién dijo miedo al
alcalde Norman Quijano?
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