Por: René Hurtado
El año de 1980 fue uno
de los años más duros para los salvadoreños, ya que el 24 de Marzo había sido asesinado Monseñor
Oscar Arnulfo Romero, por los “Escuadrones de la Muerte” y la extrema
derecha militar, seguía asesinando a
cientos de obreros, estudiantes, campesinos y
sindicalistas, mientras tanto, la guerra civil ya la había anunciado Monseñor Romero,
mientras la izquierda revolucionaria
luchaba por mejorar la situación del país
y por eso, el papel que desempañaba
el Frente Democrático
Revolucionario FDR, era muy importante
para lograr el dialogo y la
democracia.
El día 27 de noviembre
de 1980 -y tal como ocurría todos los días-, “los Escuadrones de la Muerte”,
la Policía Nacional, la Policía de Hacienda y la Guardia
Nacional dirigidos por militares,
continuaban haciendo operativos, secuestrando y asesinando a los salvadoreños y en horas de la mañana, trabajando como periodista en YSKT se me informó
que frente al Externado San José- en la 25 Avenida Norte- hombres
armados habían bloqueado la calle y
penetraron al Externado San José y de inmediato me trasladé a ese lugar.
Al llegar, la gente se
notaba nerviosa y sólo me confirmaban “que desde el Externado habían
sacado a varios hombres capturados y que
fueron llevados en una camioneta por hombres armados”.
Los dirigentes del FDR
y capturados el 27 de noviembre de 1980 fueron: Juan Chacón, BPR; Manuel Franco
de las UDN; Enrique Álvarez Córdova, Presidente del FDR; Humberto Mendoza del MLP y Enrique Barrera, del Movimiento
Nacional Revolucionario (MNR); fueron secuestrados y brutalmente asesinados por
“Escuadrones de la Muerte”.
De acuerdo a los testigos, quienes bloquearon la 25 Av.
Norte y capturaron a los dirigentes del
FDR, fueron Agentes de la Policía Nacional
y de esa manera, di la Información a nuestros oyentes de la radio,
identificando la captura y la desaparición
de dichos dirigentes. Horas después, recibí una llamada telefónica del director de la Policía Nacional, afirmando
“que ellos no los habían capturado”.
Como ocurría en ese tiempo, una voz anónima que se identificó de las brigadas
“Maximiliano Hernández Martínez” afirmó que ellos los habían capturado por “ser
comunistas y terroristas de los guerrilleros” y por esa razón dijo la
voz, “que habían sido juzgados y ajusticiados en las pedreras del lago de
Ilopango”.
Efectivamente, al
llegar al lugar se encontraban los
cadáveres de los dirigentes asesinados y
torturados por los “escuadrones de la muerte” de la derecha.
El 28 de Noviembre de 1978, los “escuadrones de la
Muerte” iniciaron los asesinatos,de
varios sacerdotes y religiosas- y ese día, siempre en mi labor periodística-, me
trasladé a la Colonia Dolores, frente al
parque Zoológico-al Sur de San Salvador- y agentes de la Policía Nacional
bloqueaban esa calle argumentando, que
estaban “siendo atacados por un grupo de
guerrilleros escondidos en una casa” pero logré llegar “al lugar de los hechos” con la diferencia que
solo veía y escuchaba los
disparos de la Policía Nacional, pero no escuchaba las respuestas de los “supuestos guerrilleros”. Después de varias horas, los
policías lanzaron gas lacrimógeno dentro
de la casa y posteriormente, violentaron
la puerta y sacaron a 3 personas ya fallecidas entre ellas, observé a unos de los cadáveres que uno de los oficiales, con la “culatada”
del fusil G3 se lo “estrelló en la cara”
y luego confirmé que ese cadáver pertenecía al sacerdote
Ernesto Barrera Motto a quien se le acusaba de ser “guerrillero de las
FPL”. Hubo varios muertos y heridos y la
Policía presentó a un joven llamado José Isidro Portillo Paz, con quien me
comuniqué por medio de papeles escritos, ya que no podía hablar debido a unos
balazos que presentaba en la barbilla y garganta, el joven me afirmó que no era
miembro de ninguna organización y que no tenían armas. Posteriormente, después
que se lo llevaron, busqué información en los hospitales y estaba desaparecido,
días después, apareció su cadáver. Ellos fueron parte de los 70 mil salvadoreños
asesinados por los “Escuadrones de la Muerte”.
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