LAS CARTAS
DE PAOLO LÜERS
Carta al
presidente de la Corte de Cuentas
Lunes, 23 de
Junio de 2014
Lic. Rosalio
Tóchez:
Déjeme
decirle: Usted es el presidente más folclórico e incompetente que hemos tenido
en la Corte de Cuentas de la República. Y esto significa mucho luego de tantos
personajes inadecuados que han desfilado por este cargo, como Ciro Cruz Zepeda,
Hernán Contreras, Francisco Merino, y Andrés Rovira.
Quiere
decir, antes de que llegara usted, ya estábamos acostumbrado a funcionarios
haciendo politiquería con la Corte de Cuentas, chantajeando a alcaldes,
protegiendo a presidentes y ministros, dando finiquitos express a unos y
negándoles finiquitos a otros. Luego de llegar los diputados del FMLN y de Gana
al colmo de cinismo de poner al cargo de la fiscalización de los fondos
públicos al presidente del partido que recibía fondos negros para votar por las
iniciativas del gobierno, la Sala de lo Constitucional puso un candado y
prohibió que la Corte de Cuentas estuviera en manos de militantes de los
partidos. Todos pensábamos que esta era la hora del cambio y que la próxima
Corte de Cuentas iba a ser compuesta por profesionales independientes y
competentes.
No contamos
con la capacidad del bloque oficialista en la Asamblea Legislativa de pervertir
cualquier cosa que tocan - ni con la ingenuidad (si no complicidad de los
diputados de oposición). No contamos con usted, don Rosalio. Francamente, nos
faltaba la fantasía…
Todavía no
sé qué parte de los errores de usted se debe a incompetencia profesional, qué
parte a un desequilibrio mental, qué parte a corrupción, y qué parte a su
menosprecio por los principios de la transparencia. Cuesta creer que usted no
esté consciente que no puede extender un finiquito al ex-presidente Funes, con
el insólito argumento que él como jefe del estado no ha manejado fondos
estatales. Usted sabe perfectamente que, aunque tal vez nunca haya firmado un
cheque, como presidente fue el último responsable de las decisiones sobre el
uso de más de los 700 millones de dólares que podemos llamar partida secreta,
caja chica de la presidencia, maletín negro, fondos discrecionales…
Hechos
notorios como el viaje a Disneylandia y el uso privado de carros, relojes,
residencias y otros artículos de lujo por parte del entonces presidente de la
República, lo obligan a usted a investigar a nombre de quién y con qué fondos
fueron adquiridos, antes de ni siquiera pensar en extender un finiquito.
Si sumamos
su actitud de guerra sucia contra dirigentes opositores como Ana Vilma de
Escobar y Norman Quijano, su insólita campaña publicitaria para promover su
candidatura para la siguiente Corte de Cuentas, y el régimen de intimidación al
que está sometiendo a los empleados de su institución, llegamos a la conclusión
que el supuesto profesional independiente, que los diputados eligieron para
cumplir con la sentencia de la Sala, resulta más incompetente y parcializado que
todos los militantes partidarios que le precedieron en la Corte de Cuentas.
A esta
altura me doy cuenta que la principal crítica hay que hacerla a los diputados
que lo eligieron, y no a usted. Usted simplemente hizo lo que corresponde a su
personalidad. La culpa es de los políticos que ponen la Corte de Cuentas en
manos de un personaje tan desequilibrado como usted.
Tal vez la
estadía suya en la Corte de Cuentas era necesaria para que, a partir de la
experiencia con usted, cambie la forma de elegir a los magistrados de la Corte
de Cuentas. Esta institución no puede seguir siendo parte del botín que se
reparten los partidos que forman el bloque oficialista. ARENA y el FMLN han
desgastado la institucionalidad del país componiendo Cortes de Cuenta con corruptos
e irresponsables. Es hora que ambos ahora se pongan de acuerdo para buscar a
magistrados verdaderamente independientes y que les den el respaldo de su voto
unificado.
Paolo Lüers
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