La decisión del presidente Funes, del Ministro de Justicia
Ricardo Perdomo y el director de la PNC Rigoberto Pleités, me hace pensar que estos funcionarios nunca fueron niños o
nunca tuvieron hijos y a lo mejor sus juegos de niños, era de “policías y ladrones” .
Me pongo a pensar que estos señores tampoco han tenido
hijos y como padres de familia nunca visitaron el teleférico San
Jacinto y lo más grave, es que no se han
dado cuenta, que las familias salvadoreñas, los niños y los jóvenes,
necesitan de un parque de diversiones y
de los juegos que existían al subir al parque en el Cerro de San
Jacinto.
¿Cómo es posible
que estos funcionarios de gobierno pretendan construir un puesto de policías con cárceles para
encerrar a los pandilleros o asesinos?
cuando por experiencia deben
entender que las cárceles o ese tipo de “hoteles”
para los criminales deben
construirse fuera del área urbana, en
lugares alejados especialmente de San
Salvador y de las poblaciones de algunos
municipios. Hay que recordar que una gran cantidad de veces, los pandilleros o
criminales se han escapado de las bartolinas, han armado “desmadres” que ponen
en peligro la vida de los salvadoreños que viven cerca de estos penales y es necesario que la Asamblea Legislativa no permita y no apruebe ningún decreto que autorice al gobierno a ocupar los terrenos del recordado teleférico San Jacinto y mejor
que se invierta en la reconstrucción de
este parque que tanto necesita las familias salvadoreñas.
En el año de 1977, mientras 5 organizaciones
guerrilleras y organizaciones populares luchaban contra la dictadura
militar y contra la derecha oligárquica,
un salvadoreño de nombre Antonio Bonilla junto a su familia, se embarcaron en este
maravilloso proyecto de darle diversión
a las familias salvadoreñas, mientras se iniciaba una guerra civil en El Salvador.
Con Don Antonio Bonilla, por
la década de los 80s conversé con
él sobre las maravillas del teleférico
San Jacinto, y como empresario dice que utilizó todo su dinero para este parque de diversiones, pero debido
a la situación de guerra en el país, me
dijo: “Que personas que se identificaron como guerrilleros, le estaban cobrando
el impuesto de guerra” pero puso en duda qué clase de sujetos lo querían
extorsionar.
El ministro Ricardo Perdomo,
no especifica en qué lugares se construirán las cárceles o los puestos de policías, ya que el parqueo en la
Colonia Amatepec , el terreno es grande y en ese mismo lugar se hacia el
Embarque a las góndolas que nos llevaban al “reino del pájaro y la nube” en las alturas
del cerro de San Jacinto y sería bueno
que se aclare dónde se pretende
construir, ya que arriba, donde llegaban
las góndolas con pasajeros, es un lugar precioso con cafetales, restaurantes, juegos mecánicos
y un “trencito” que hacía su recorrido
en medio de los cafetales y tanto adultos como niños disfrutaban de ese
maravilloso paseo, pagando un precio entre 5 o 10 colones.
Al presidente, Ministro y
director de la PNC, les cuento esta hermosa experiencia del teleférico San Jacinto, que lamentablemente, la
situación de guerra en nuestro país,
terminó por quebrar a Don Antonio
Bonilla, y el teleférico, el “hermoso reino del pájaro y la nube” cerró sus
puertas por el año 2000, ya que en 1998,lleve
a mi hijo René Hurtado, que tenía 7 años
de edad, ahora es un joven de 22 años
y estudia firmemente para lograr la ingeniera en informática y técnico en
Mantenimiento de computadoras y se recuerda
a esta edad, de los momentos felices que pasamos en el teleférico San
Jacinto.
Cuando los salvadoreños se “montaban”
en las góndolas que colgaban de unos cables de acero, se hacía un recorrido entre
10 y 15 minutos, subiendo a las alturas de cerro de San Jacinto y estos momentos-mientras se recorría a una
altura de 50 metros en el aire-, tanto
niños, mujeres y hombres les corría la adrenalina de preocupación y de emoción y al llegar a las alturas de San Jacinto, toda la familia
se llenaba de emoción y los niños sonreían y las parejas de novios, se
agarraban de las manos y se perdían entre los cafetales y los juegos mecánicos.
Así fue unos de los mejores parques de
diversiones que ha tenido El Salvador,
el Teleférico San Jacinto, el “reino del pájaro y la nube” como dijo nuestro poeta Alfredo Espino y no es posible
que un grupo de políticos, estén
tratando de llevar
intranquilidad a los habitantes de ese
lugar para construir cáceles para guardar a pandilleros, mareros y
criminales, que están pagando delitos.
Todos los salvadoreños debemos exigir un nuevo
parque de diversiones y no permitir ese abuso del gobierno y la policía…
¿Quién dijo miedo a estos depredadores del medio ambiente?
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