1811 Primer Grito de Independencia y ¡El Salvador sigue gritando!
Desde 1492 cuando los conquistadores españoles invadieron América, los nativos de esa época descendientes de nómadas asiáticos, se asombraron ante el vestuario de los invasores que utilizando la Cruz y las Armas, iniciaron el dominio de estas tierras sembrando la muerte y violando a nuestras indígenas.
Los españoles pertenecientes a la Corona que había conquistado éste territorio, desde el primer momento comenzaron a robar el oro, plata, y otros objetos de valor de las tribus de indígenas que residían en Centro América y por esa razón realizaron decenas de viajes utilizando barcos llevando a España todas esas riquezas.
De 1492 a 1811, durante 319 años los conquistadores españoles saquearon el territorio Centroamericano y asesinaron a los nativos. En Salvador nuestros indígenas de la época como Pedro Pablo Castillo y otros sacerdotes que contradictoriamente apoyaban el movimiento insurreccional, iniciaron a principios de 1800 la confusa intención de buscar la independencia del Reino Español.
Lo que se conoce como "Primer Grito de Independencia", no fue un hecho aislado, sino más bien, el acontecimiento más publicitado, por el hecho de haberse realizado en la capital, de una serie de levantamientos realizados el 4, 5 y 6 de noviembre de 1811 en San Salvador, San Pedro Grande y Santiago Nonualco, el día 17 en Usulután, Chalatenango y Tejutla, el 20 en Santa Ana, el 24 y el 30 en Metapán y Cojutepeque y el 20 de diciembre en Sensuntepeque. Numerosos próceres desconocidos fueron capturados y encarcelados por el régimen español sin que podamos siquiera, conocer sus nombres para la posteridad.
Con ocasión del levantamiento en San Salvador el 5 de noviembre, cuando el P. José Matías Delgado hizo sonar las campanas de la iglesia de La Merced para levantar al pueblo, el Gral. Manuel José Arce, fundador del Ejército salvadoreño, pronunció su famosa frase: "No hay ni rey ni Capitán General, solo debemos obediencia a nuestros alcaldes".
El papel de los próceres que aparecen como los dirigentes del movimiento insurreccional, fue más bien de tratar de canalizar y apaciguar los ánimos de las turbas capitalinas ante la posibilidad de obtener ciertas concesiones de la Corte de Cádiz que había convocado a las colonias españolas ante el asedio de que estaba siendo objeto España por parte de los ejércitos napoleónicos.
El 24 de enero de 1814 se dio un segundo intento insurreccional en San Salvador dirigido por Pedro Pablo Castillo, luego de que fueron anuladas dos elecciones municipales ganadas por los anticolonialistas para Intendente de Colonias para la Provincia de San Salvador, estas elecciones se habían realizado bajo prescripciones de la Constitución de Cádiz de 1812.
Ante la inminencia de un movimiento popular anticolonialista, el intendente de apellido Peinado, fortaleció un cuerpo de Guardia Civil llamado "Voluntarios Honrados de Fernando VII". Peinado acusó fuertemente a los insurrectos de traición y ordenó la captura de todos los alcaldes de barrio que no eran partidarios suyos. El pueblo se movilizó indignado por esta acción y Pedro Pablo Castillo los encabezó para exigir la libertad de los alcaldes y la disolución de los "voluntarios".
Se había creado en el territorio salvadoreño, una clase social de terratenientes descendientes directos de los primeros colonizadores y conquistadores que partiendo de las "encomiendas" pasaron a las "haciendas" y de esta manera fueron apropiándose de grandes latifundios. Por supuesto, que mientras ejercía su control la Corona Española, estos hacendados tenían obligatoriamente que pagar impuestos sobre el valor de sus propiedades y producciones, y esa dominación creó un sentimiento de descontento.
Esos intentos de libertad iniciados por la población de San Salvador y provechados por los terratenientes de esa época como el Padre Matías Delgado quien era propietario de la hacienda Buena Vista de producción añilera y con una extensión de más de 1500 manzanas; el Gral. Manuel José Arce con propiedades que sumaban 11,648 manzanas, entre las que destacaban las haciendas San Lucas y San Diego en San Salvador; y al prócer libertador de los esclavos, P. José Simeón Cañas, quien poseía la hacienda Jalponguita en Zacatecoluca, con una extensión de 1728 manzanas .
Al conmemorar los 200 años del Primer Grito de Independencia, cuando el imperio español conquistó y dominó todos los territorios que descubrió en América, ahora nos preguntamos ¿Cuál Primer Grito de Independencia?¡ Si en estos 200 años el imperio español le dejó al imperio de los Estados Unidos su dominio sobre las cinco provincias de Centro América y el pueblo de El Salvador, sigue gritando por una independencia que nos traiga democracia, Paz, Justicia, sin guerra, sin corrupción y que la extrema derecha oligárquica abandone esa explotación que permanentemente existe en El Salvador!
¡ Honor al verdadero Prócer de la Independencia Pedro Pablo Castillo!
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1 Comentarios
Mi total admiración a los próceres de El Salvador y de Centroamérica. Y tienes razón Rene, especialmente a Pedro Pablo Castillo
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